domingo, 25 de abril de 2010

Historia crítica de la Educación Peruana

A continuación se describen algunas características más relevantes, producto de una sucinta revisión histórica de los fenómenos educativos ocurridos en el curso de la historia peruana, desde la época preinca hasta la republicana, hechos que muy atinadamente lo explicitan Enrique González Carré y Virgilio Galdo Gutiérrez en su libro “Historia de la Educación en el Perú”, 1981.

En los pueblos prehispánicos andinos, las actividades económicas de los primeros hombres estaban alrededor de la caza y la recolección. Por lo que tuvieron que sistematizar modalidades en instrumentos para la mejor realización de sus actividades. La “educación” entonces adquiere un carácter eminentemente práctico, de caracteres económicos inmediatos, alejada de la teoría; primaba la habilidad y la fuerza física más que la propia experiencia anterior. Más adelante, con el descubrimiento de la agricultura y la ganadería el hombre andino cambió su estructura cultural complejizando y especializando el “proceso educativo”, siempre de manera espontánea, de modo que los ancianos y adultos desempeñan el rol de depositarios del saber, pasando a un segundo plano la fortaleza y la habilidad.

El surgimiento de la agricultura y la ganadería posibilitó el origen de los primeros poblados y la aparición de la propiedad privada, primero de carácter colectivo y luego de carácter individual. Por ese entonces aparece una educación con cierta sistematización, aunque todavía informal. El desarrollo del conocimiento, gracias a las nuevas condiciones de sedentarismo, forjaron nuevas tecnologías: tejidos, hidráulica, alfarería, arquitectura. Entonces fue necesaria una educación especializada que asegure la transmisión de la información y el perfeccionamiento de las habilidades artesanales. Esta especialización significó un proceso de elitización del conocimiento, una diferenciación entre los conocimientos prácticos impartidos en la familia y esos otros pertenecientes a una élite insurgente.

En suma, la época pre inca, debido a las características de esta época, la educación adopto una cierta sistematización, aunque todavía no instrumentalizada, es decir la educación era espontánea, en la cual el grupo social es el núcleo fundamental donde, por un proceso de endoculturación adquiere una formación utilitarista, pragmática, pero también una formación para el dominio de las funciones diversas. En suma, la “educación” preinca fue básicamente espontánea. En los últimos momentos esta “educación”, en cuanto a contenidos se concentró y administró desde los centros urbanos. Los perfiles aparecen, de esta manera, por las condiciones socio-históricas y geográficas del antiguo peruano, con rasgos autóctonos, como consecuencia del esfuerzo propio para cumplir con las exigencias de su intransferible vida colectiva. Sobre esta base del desarrollo anterior es que se erige la cultura incaica.

Los estados regionales desarrollaron sus propias culturas, pero mantienen su carácter clasista, siempre ligado al conocimiento. Así, Chavín desarrolla una cultura teocéntrica y teocrática y alrededor de estas manifestaciones insurgía su arquitectura, agricultura, hidráulica, astronomía y metalurgia. De igual modo Paracas insurgió con una artesanía textil; los mochicas con una cultura guerrera y religiosa, profundamente clasista; luego surgirían los nazcas, tiawanakus, chimúes, collas e incas.

En todo este proceso los rasgos notorios del hombre peruano creados a través del hecho educativo, niveles macro y micro educativos y en el contexto social – histórico en la que se desarrolla la misma; personalidades sumisas y dominadas al poder del ejercito, del sacerdocio o de la élite; personalidades dominadoras gracias al status desempeñado en la sociedad; cierta especialización comunitaria de naturaleza tecnológica, poco teórica, sui generis, diversidad espiritual según la diversidad cultural regional; predominio de la labor masculina sobre la femenina, en tanto la fuerza muscular; percepción religiosa en la concepción del mundo.

En la época incaica, la educación inca fue elitista y representó los intereses de la clase gobernante. La educación del pueblo fue totalmente desescolarizada, los padres fueron educadores de sus hijos, los niños eran considerados productores desde los cinco años, acompañaban a sus padres en todas las actividades. El medio principal para la transmisión del conocimiento fue el lenguaje oral, pero también el dibujo, la cerámica y la orfebrería. Fue una educación insistente en una filosofía moral práctica resumida en sus ama quella, ama sua, ama llulla, orientada a la vida colectiva y responsable. El estado inca era básicamente elitista y profundamente explotador, pero basó su explotación en la satisfacción de las necesidades básicas de la población; así, todas las áreas de producción eran distribuidas en tierras del Inca, del Sol y del pueblo, al mismo tiempo que administraban cuidadosamente la productividad. En efecto, la educación inca fue elitista y represento los intereses de la clase gobernante. Su educación institucionalizada estuvo orientada a formar los futuros gobernantes para administrar sus intereses y no para acrecentar el saber. La cultura del pueblo llegaba a través de sus gobernantes para mantener el prestigio de la nobleza. Los jóvenes nobles e hijos de curacas eran reunidos en el Cosco, o en otras regiones del imperio, a partir de los 18 años para recibir una educación divina en cuatro áreas: aprendizaje de la lengua oficial, el conocimiento de la religión oficial, las técnicas de gobierno y administración en perspectiva de formar la futura burocracia, en un periodo de cuatro años. Estos discentes a la larga se convertían en líderes de sus comunidades y colaboradores de los incas.

En la época colonial, al producirse la “conquista” del Perú se oponen dos concepciones culturales, una basada en el estatismo absorbente y cerrado; y la otra, hundida en la esencia del pensamiento occidental, que era de estructura individual. La educación y su acceso a ella estuvo signada por la estratificación social que se generó, fueron las órdenes religiosas las que preferentemente dirigieron la educación en la colonia, entonces el énfasis curricular estaba ligado a la teología escolástica. La religión impuso a la inteligencia la concepción del mundo aristotélico medieval, por su parte la educación del pueblo indio continuó como antaño mediante la endoculturación, su hogar, la mita, las chacras, el obraje, etc. Uno de los fines oficiales de la invasión española y colonización de América fue la “evangelización de los infieles”. Cuando las órdenes religiosas llegan a América tuvieron preferencias, los franciscanos asumieron la evangelización, la tarea misional y la educación ambiental, los dominicos prefirieron las capas altas de la sociedad y la enseñanza universitaria, los jesuitas se orientaron a los sectores medios de la sociedad (criollos, mestizos, curacas, etc.). Desde los primeros tiempos de la “conquista” la Corona dictó disposiciones para educar a la población indígena y especialmente a los hijos de los curacas, al darse cuenta de su importancia. La educación oficial fue estratificada, donde los negros e indígenas fueron relegados de la cultura occidental o participaron en inferioridad. En otras palabras, la educación colonial sería una herramienta de control y de dominación social, un mecanismo de subyugación.

En la educación universitaria, por su parte, desde sus inicios la Teología y la Filosofía fueron los conocimientos rectores teóricos de estas instituciones. Lo curioso es que desde la educación elemental se pasó directamente a la educación universitaria, pues se requirió inmediatamente de teólogos y sacerdotes para encargarse de la evangelización. Esta universidad fue profundamente elitista, erigida para los hijos de los funcionarios de la Corona y para los de la aristocracia colonial derivada de la conquista. Los estudiantes egresaban para asumir los cargos de la burocracia administrativa colonial y de la iglesia. Asimismo mostró un desprecio por las ciencias fácticas y por formación física. Fue una universidad encomendadora y virreinal.

En efecto, la educación universitaria en el devenir histórico fue el vehículo de la europeización cultural y del espíritu medieval europeo. Todas las ideas giraban en torno de una idea central: Dios. La universidad estuvo desde el primer momento al servicio de la dominación interna y externa. El papel que desempeñaron las universidades peruana y latinoamericanas en general fue una consecuencia lógica de la función social que cumplieron durante todo el coloniaje. Habiendo sido puntos de apoyo del orden establecido, las universidades tenían que pronunciarse en contra de la emancipación. Así, por ejemplo, la UNMSM manifestó aversión a la independencia. La labor de emancipación surgió desde el Convictorio de San Carlos y San Marcelo y la Sociedad Amantes del País. Después de la proclamación de la independencia, el Perú se vio frente a la tarea de tener que reorganizar su vida colectiva sobre nuevas bases legales e institucionales. La universidad tuvo entonces que sufrir los efectos de la inestabilidad general: de ahí su estado de languidez y semiabandono que caracterizó su existencia en este periodo.

En la época republicana, han ocurrido cuatro fases diferenciadas respecto a la educación peruana:
▪ Etapa de la iniciación. Comprendida entre 1821 - 1850. toda esta etapa se caracterizo por las marchas y contramarchas en las políticas educativas, desorden administrativo y hasta desinterés político por la educación, planes y programas vistos en términos de la clase gobernante, indiferentes a los padres de familia, maestros no idóneos, etc.
▪ Etapa de la organización. Desde 1850 hasta finales del siglo XIX, dirigido fundamentalmente por los gobiernos de Castilla. Se elitizó aun más la educación, se dio prioridad a la educación universitaria en desmedro de la educación elemental
▪ Etapa de la sistematización. Desde 1901 hasta 1941, son notorios los debates entre Villaran y Deustua como un reflejo de la disputa en la economía del viejo y rancio feudalismo con la propuesta capitalista encarnado en Villarán; las seis reformas educativas: la penetración económica y pedagógica de los norteamericanos; la creación de las regiones educativas; el reconocimiento de la docencia como carrera pública; desarrollo considerable de la educación privada; énfasis en el educación secundaria; la tecnificación y expansión de la enseñanza; el inicio de la planificación educativa; se establece la función educativa como prioridad del Estado, caracterizaron esta etapa.

▪ Etapa de la tecnificación y las propuestas pedagógicas. Abarca desde 1941 hasta el presente. Caracterizada por la influencia de la tecnología educativa y el surgimiento de una pedagogía que trata de reflexionar propuestas referentes a nuestra realidad. A partir de la década del 50 durante los periodos presidenciales de Manuel Prado y Fernando Belaúnde se vislumbra una etapa “progresista” fundamentalmente en la preparación docente, por cuanto se dio impulso a la creación del “Centro de Altos Estudios Pedagógicos”, destinado a la investigación, formación de profesores para las Escuelas Normales, mientras que la situación del profesorado de Primaria, media y técnica se mantuvo en relativo estancamiento.

Por otro lado, el sistema educativo en este periodo se caracterizó por ser transmisor del acervo cultural, de valoraciones existentes y conocimientos intelectualistas, comenzando la escolaridad en transición seguido de la primaria, media y superior. La Educación Media o Secundaria distinguía dos áreas: Común y Técnica.

La situación política e histórica que produjo la reforma peruana de la educación es la consecuencia de la búsqueda de profundos cambios en las estructuras socio económicas a partir del año 1968 bajo el régimen de un gobierno militar definido como un gobierno revolucionario, cuyo objetivo principal fue edificar una nueva sociedad: «Una social democracia de plena participación». En este contexto, la Reforma de la Educación de 1972, se presentó como un cambio que no se centraba únicamente en la esfera tradicional y conservadora de la educación que trata meramente de transmitir el acervo cultural y las valoraciones existentes y de amoldar a las nuevas generaciones dentro de las formas ya creadas, sino que era un medio efectivo para fortalecer y apoyar el proceso revolucionario político en su conjunto, a través de una educación creadora que buscaba desenvolver las capacidades del ser humano y afirmar su potencial de desarrollo autónomo. El principal objetivo de la Reforma Educativa era que la educación había de moldear a un hombre integral en una nueva sociedad, libre, justa y solidaria, desarrollada por la actividad creadora de todos. Sus fines eran, Educación para el trabajo y el desarrollo, Educación para la transformación estructural de la sociedad, y Educación para la autoafirmación y la independencia de la Nación Peruana. Fue una reforma que fracaso por diversos motivos políticos, económicos, culturales y sociales.

III. CRÍTICA

Estoy plenamente convencido que, desde la historia es que podemos apreciar y enjuiciar sistemáticamente la educación de hoy. De modo que, la historia nos permitirá interpretar y proponer alternativas a los problemas educativos que nos aquejan en el presente. En ese sentido, la temática desarrollada por Enrique González Carré y Virgilio Galdo Gutiérrez en su libro “Historia de la Educación en el Perú” revela de manera ordenada los sucesos inherentes a la educación en el acontecer histórico en sus diferentes etapas (21000 a.c. hasta 1978). No obstante, por la temporalidad a la cual hace referencia, hay un vacío respecto a los cambios cualitativos y cuantitativos de la educación peruana en los últimos años de la vida republicana (1979 hasta la actualidad) que es necesaria complementar con otros aportes.

Si bien es cierto, que la reforma de los años setenta introdujo elementos novedosos a la gestión de la educación pública, principalmente de fomento a la organización y participación local y comunal, así como algunas medidas relativamente fuertes de provisión de insumos para la implementación educativa. En cuanto al currículo, se elaboró una propuesta cuyos contenidos se orientaban fuertemente al desarrollo de una conciencia política nacionalista y revolucionaria, y fue acompañado por movimientos importantes de formación docente y de revalorización del rol de la pedagogía como agente principal de reforma. La crítica más importante con relación a esa propuesta curricular es la de no haber logrado incentivar niveles satisfactorios de participación local y escolar, debido en parte a que la prescripción de contenidos de aprendizaje era demasiado rígida y centralizada, y también al hecho de que el gobierno, y la reforma del Estado en general, fueron perdiendo fuerza y hacia el final de la gestión de Velasco ya se habían comenzado a desmantelar componentes importantes del programa.

Sin embargo, a partir de la etapa de la tecnificación y las propuestas pedagógicas ocurridas desde 1941 hasta el presente, se han caracterizado por la influencia de la tecnología educativa y el surgimiento de una pedagogía que trata de reflexionar propuestas respecto a nuestra realidad. En el primer gobierno de Belaúnde se persiste en los planteamientos de la última reforma de 1957 y se manifiesta un crecimiento cuantitativo de la educación. En 1970 se hace público el Informe General de la Reforma de la Educación con un planteamiento integral de la educación en la sociedad del ser humano. Doctrinariamente esta reforma fue un híbrido de la teoría marxista con el neoliberalismo se difundió la libertad en la educación, desescolarización, pragmatismo y eficientismo. Fue una reforma que fracasó por diversos motivos políticos, económicos, culturales, sociales, etc. Y no podemos ocultar que, en paralelo a estos fenómenos educativos y políticos aparece el SUTEP encabezando luchas reinvindicativas de la sociedad peruana en su conjunto y del magisterio en particular, contra los regímenes dictatoriales de Velasco Alvarado y de Morales Bermúdez…

El segundo Belaundismo significó la continuación del desmontaje de la anterior reforma iniciada ya por Morales Bermúdez. El llamado quinquenio de la educación difundido por entonces como la panacea a los grandes problemas de la educación fue llanamente el retorno al sistema educativo anterior a la reforma del gobierno de Velasco Alvarado… Asimismo se promovió la mejora de la infraestructura escolar, invocando el apoyo de la ciudadanía, a cuyo esfuerzo se debió la creación de la mayoría de las escuelas primarias…

En suma, la educación desde la época incaica ha estado signada por los intereses de clase gobernantes. Tenía como función transmitir la concepción de la vida de los incas, una visión práctica de la vida y la producción económica. En la época colonial también los gobernantes impusieron su concepción de la vida a través de la educación. La época republicana también ha estado signada por las clases políticas y sus inicios inclusive se notaron cierto desinterés por la educación. No obstante, esta educación republicana hasta la actualidad no ha tenido originalidad y vivimos una crisis educativa desde siempre. En el devenir histórico, han existido maestros peruanos de gran trascendencia realizando aportes y propuestas educativas. Así, José C. Mariátegui introdujo el análisis marxista a nuestra realidad educativa, la misma que durante muchas décadas ha dirigido el análisis educativo de políticos y educadores. José A Encinas rompió con la educación conservadora de su época y postuló, bajo los puntos de vista de la Escuela del trabajo y la Escuela Activa, por una educación científica y laica, libertad para los estudiantes, participación de la comunidad y los padres de familia en la educación. Por su parte, Jorge Basadre, propulsó la relación de una nueva educación y Proyecto Nacional como “promesa de la vida peruana”. De igual modo, el maestro canteño Germán Caro Ríos, desarrolló en Huayopampa una experiencia de escuela basada en el trabajo, llevó una experiencia de coevaluación, fomentó prácticas democráticas en el aula.

La educación en el Perú ha respondido a intereses del Estado. Las políticas educativas han sido coherentes a los gobernantes de turno, a sus intereses. Se ha orientado nuestra educación bajo los avatares políticos y cada nuevo gobernante ha iniciado una nueva reforma. Todos creen ser inauguradores de una nueva etapa en la educación. Son muchísimas las reformas educativas y todas ellas difieren unas de otras. Se construye sobre la base de ruinas. Siempre los gobiernos de turno se han orientado por fines abstractos y generales, de modo que no han podido concretarse las verdaderas necesidades educativas. Sin fines ni políticas coherentes nuestra educación se ha visto avasallada por las corrientes de ideas que otras culturas han creado y a las cuales hemos imitado sin ser asimiladas correctamente y menos adaptadas a nuestra realidad.